*Conduce UNO EN EL AMOR por Radio Uno 103.1 fm. *Participa en POP Radio 101.5, en "BIEN LEVANTADO" (lunes de 11 a 13 hs.) *Su libro: "Todos los hombres son solteros (historias e histerias masculinas)", se encuentra en las mejores librerías. *Da clases (info: en Facebook: Clases de actuación con Pablo Novak - contacto: 1140762296 - clasespablonovak@gmail.com) *Es coach ontológico profesional certificado, trabaja en forma personal y en organizaciones.
martes, 14 de febrero de 2017
domingo, 15 de mayo de 2016
Lo que es tuyo sin serlo
Hoy pasé por un edificio en la calle French y les dije a mis hijos: "ahí nos íbamos a mudar una vez cuando era chico."
Recordé una antigua hipótesis que tenía a la que llamaba “LO QUE ES TUYO SIN SERLO”.
Las casas en las que no viví, pero con las que especulé con habitar alguna vez; esas que quedaban “finalistas” en la búsqueda de dónde vivir, las siento de alguna manera, como si me hubiesen pertenecido.
Recordé una antigua hipótesis que tenía a la que llamaba “LO QUE ES TUYO SIN SERLO”.
Las casas en las que no viví, pero con las que especulé con habitar alguna vez; esas que quedaban “finalistas” en la búsqueda de dónde vivir, las siento de alguna manera, como si me hubiesen pertenecido.
Me pasa algo parecido con algunas novias que nunca tuve.
Una vez leí un tuit que decía “esa estúpida sensación de sentir celos por una persona que no es nada tuyo”. Sigue la misma lógica. Claro, podemos sentir celos de alguien a quien ni besamos o que hasta ni conocemos bien. Son personas que podrían haber sido nuestras, que en nuestra cabeza barajamos como posibles parejas, novias o minas que nos gustan mucho, asignaturas pendientes, que si las vemos con alguien nos da celos. ¡Y que por ahí ni nos junan!
Serrat cantaba: “no hay nada más bello que lo que nunca he tenido.”
Y claro; es lo que nunca he tenido materialmente, pero lo he deseado; el desar algo lo hace un poco nuestro: estamos donde está nuestra atención.
Serrat cantaba: “no hay nada más bello que lo que nunca he tenido.”
Y claro; es lo que nunca he tenido materialmente, pero lo he deseado; el desar algo lo hace un poco nuestro: estamos donde está nuestra atención.
Esas novias que nunca tuve, me han rescatado de algún vacío.
“No necesito silencio, ya no tengo en quién pensar”, dice Atahualpa Yupanqui, y está aburrido; por eso no engrasa los ejes de su carreta; para que hagan ruido, pues no hay “nadie que lo entretenga” en su cabeza.
Esas que no tuve (pero en las que pensé mucho), son como casas que no fueron mías pero que habité, de algún modo, especulando.
Es como cuando de chicos decíamos:
-Viste tal película?
-No, pero me la contaron.
-Viste tal película?
-No, pero me la contaron.
Una clásico masculino es contar a otros varones las andanzas sexuales. No tiene mucho sentido transar con alguien y no poder contarlo.
Y también de algún modo, como las pelis “que te contaron”, cuando un amigo tuyo "le entraba" a una figurita difícil… Era también un logro tuyo. Ella estaba mas cerca... -¿Te la transaste? No, pero me la contaron - podías argumentar.
Y también de algún modo, como las pelis “que te contaron”, cuando un amigo tuyo "le entraba" a una figurita difícil… Era también un logro tuyo. Ella estaba mas cerca... -¿Te la transaste? No, pero me la contaron - podías argumentar.
No todo lo que asimos o sabemos nuestro, nos es experienciado.
¿O acaso Dios no es también, inicialmente, un relato de terceros que muchos dicen sentir en carne propia?
miércoles, 18 de noviembre de 2015
La gente se divide
La gente se divide entre los que entienden el 100% de lo que dice el Pato Donald,
los que no lo entienden en absoluto,
o los que entienden la mitad de lo que habla.
Soy del tercer tipo, por si te interesaba.
los que no lo entienden en absoluto,
o los que entienden la mitad de lo que habla.
Soy del tercer tipo, por si te interesaba.
(Ojo, la firma se le entiende perfecto.)
martes, 18 de agosto de 2015
'La verdad del varón' - Pablo Novak en Radio 10 - De Caño Vale Doble - parte 2
'La verdad del varón' - Pablo Novak en Radio 10 - De Caño Vale Doble - parte 2: Madrugada del sábado 15-08-2015 - nota con Cecilio Flematti y Cecilila Ruffa -
jueves, 26 de marzo de 2015
Tiranía
Una mujer
hermosa se agazapa en lo oscuro
Observando
en silencio si servís de alimento
(Y si tenés
suerte serás presa en su lecho
Si sigue
hermosa luego, serás preso en su vida.)
Amarrado al
perfume de una belleza indemne
El ejemplar
que somos desconoce el que fuimos
Antes de
aquél veneno sabroso y para siempre.
Una mujer
hermosa duele cuando se ausenta
Sonroja y
amedrenta, y así nos motivamos
Accionando efectivos,
sacamos pecho al viento
Para que le
parezca que todo lo podemos
(Pero la
mujer bella nos puede, y es consciente
De que ya
somos suyos aunque disimulemos
Nos tiene aunque
corramos, su sol y continente.)
Una mujer
hermosa es la mayor tiranía
Sirena sin
quererlo, imán a pesar suyo
Avasalla y
domina, una mujer hermosa.
Vas a mirar
hacia ella; vas a escuchar su seda
Vas a
tratar de amarla. Vas a intentar la huida.
La belleza
constante va a acariciarte un rato
(Si tenés
suerte un rato. Si no, toda la vida.)
PN. Marzo 2015
Nosotros y los miedos
Miedo, era atravesar
ese túnel.
Está clausurado hace décadas, creo. Una boca sale casi a la entrada
del zoológico, la otra del otro lado de Libertador. La boca del lobo. Imaginábamos
malhechores, moribundos, alimañas. Y mandábamos: adrenalina pura. No había
nada. Supongo que no había nada. Oscuridad. Algún reo. Algún meo. Lo cruzábamos
corriendo.
De niño
pululaba la zona; como tantas otras: a los diez años mi zona de influencia
podía abarcar todo Buenos Aires. Me iba de casa después del mediodía, a
encontrarme con uno o más amigos y volvía en algún momento; cuando caía la
tarde. Podíamos subirnos a un colectivo o tren y aparecer en cualquier lado. A
perdernos. Aventurarnos. A provocarnos miedo. Ese miedo que uno se provoca a
propósito cuando está acompañado. Solo, ni en pedo.
El miedo es
a veces un aliciente para la acción. Nadie nos manda a hacer eso que hacemos
para provocarnos el miedo. Que es en realidad ignorancia; es no saber, es entrar
en lo desconocido. Es suponernos peligro, daño, dolor o muerte. Pero vamos
hacia allí; sobre todo cuando estamos acompañados. Es al menos mi caso. No soy
muy del unipersonal, pero en yunta me agrando y me motivo.
Las veces
que avancé, es probable que haya trascendido algún miedo. En una historieta Larguirucho flotaba en medio del océano y aparecían tiburones. Se ponía a nadar a toda velocidad mientras decía: "yo no sé nadar; pero qué grán maestro es el miedo!"
El miedo no
es sonso, es guapo. El miedo es valiente. Es nuestro aliado; el miedo nos
protege, nos abraza, pero también nos hace correr hacia adelante. Y si estamos
acompañados, es hermoso. Es una adrenalina que nos hace cruzar el túnel y
llegar a salvo al otro lado, riendo juntos, excitados, lo logramos, qué cagazo, vamos de nuevo?
domingo, 15 de marzo de 2015
Mano a Mano by Goyeneche y Pugliese
"MANO A MANO"
Gardel - Razzano (música)
Celedonio Flores (letra)
interpretado por las Bibilas, GOYENECHE Y PUGLIESE!
En mi pobre vida paria sólo una buena mujer
Tu presencia de bacana puso calor en mi nido
Fuiste buena, consecuente, y yo sé que me has querido
Como no quisiste a nadie, como no podrás querer.
Se dio el juego de remanye cuando vos, pobre percanta,
Gambeteabas la pobreza en la casa de pensión:
Hoy sos toda una bacana, la vida te ríe y canta,
Los morlacos del otario los tirás a la marchanta
Como juega el gato maula con el misero ratón.
Hoy tenés el mate lleno de infelices ilusiones
Te engrupieron los otarios, las amigas, el gavión
La milonga entre magnates con sus locas tentaciones
Donde triunfan y claudican milongueras pretensiones
Se te ha entrado muy adentro en el pobre corazón.
Nada debo agradecerte, mano a mano hemos quedado,
No me importa lo que has hecho, lo que hacés ni lo que harás;
Los favores recibidos creo habértelos pagado
Y si alguna deuda chica sin querer se había olvidado
En la cuenta del otario que tenés se la cargás.
Mientras tanto, que tus triunfos, pobres triunfos pasajeros,
Te sean una larga fila de riquezas y placer;
Que el bacán que te acamala tenga pesos duraderos
Que te abrás en las paradas con cafishios milongueros
Y que digan los muchachos: “es una buena mujer”.
Y mañana cuando seas descolado mueble viejo
Y no tengas esperanzas en el pobre corazón
Si precisás una ayuda, si te hace falta un consejo
Acordate de este amigo que ha de jugarse el pellejo
P’ayudarte en lo que pueda cuando llegue la ocasión.
martes, 9 de diciembre de 2014
Dónde está escrito?
“Serás lo
que debas ser, o si no no serás nada.”
Algo heavy,
la frase de Don José, no? Creo que apuntaba al “se tú mismo”. A que no nos
queda otra, a que nos viene impuesto un destino, una vocación (que andá a saber
si es la que creés), y que no hay que forzar ni dejar que nos impongan nada.
Que venimos con una tendencia a desarrollar, y si no lo hacemos no seremos productivos,
o sea: no seremos nada.
A mí no me convence;
pero me sirve porque abona a preguntas que me dan vueltas desde siempre: ¿Cuál
es el sentido del esfuerzo, si lo mismo iba a venir sin él? ¿Si se trata de ser
yo mismo y fluir, para qué el sufrimiento? ¿Por qué insisto con ser algo que
igual iba a ser (o no) sin insistir?
Si llevamos
la frase del general San Martín o todos los órdenes de la vida, ya vendría
designado de antemano, por ejemplo, si vamos a ser solteros o casados, si
encontraremos alcoyana-alcoyanas o no
se nos dará y seremos sufridos mártires en el amor.
Al arrojar la
novia el ramo hacia atrás en su casamiento para que caiga sobre una de sus
amigas solteras, señalando la suerte de la próxima, vale la pena disputárselo,
chicas? ¿No es acaso un designio divino? ¿No es un “al que le toca le toca, la
suerte es loca” y arreglate? ¿Para qué luchar por el ramo? ¿Y si me iba a caer
a mí, y me corro a último momento? ¿Qué era lo que “debía ser”, la caída sobre
mí, o el correrme a último momento?
Si acudo a
una bruja para engualichar a mi amante tras su abandono, ¿seré feliz cuando
vuelva a mí? ¿Estaré alegre como antes, habiéndola recuperado, aún sabiendo que
fue una trampa y que ahora vivo con una autómata engualichada?
¿Lo que
debe ser, es lo que es?
Si es lo
que es, no tengo posibilidad de cambiar. No; definitivamente no me convence.
“La única
verdad es la realidad”, dijo otro general. Yo creo que generalizaban.
martes, 2 de diciembre de 2014
lunes, 1 de diciembre de 2014
"Cámara en mano" - Pablo Novak & friends... hace algunos años.
"Cámara en mano" era un programa de cable, para la trasnoche, realizado por Pablo Novak en 1995. Se emitió por TVA, y se grabaron 16 programas en total.
Aquí, algunos capítulos:
con Ricardo Darín - PARTE 1
con Adriana Salonia (y Parte 2 Darín)
con Gastón Pauls (y Parte 3 Darín)
con Adriana Salonia (Final) y Millie Stegman (Parte 1)
con Alejo García Pintos
con Antonio Gades, Gastón Pauls, Leticia Brédice, Vero Lozano...
con Fernán Mirás
con Pata Echegoyen
con Pepe Monje
con Millie Stegman (Parte Final)
lunes, 20 de octubre de 2014
viernes, 15 de agosto de 2014
Maldón
Normalmente
usamos metáforas de naipes para describir situaciones. “Tiene un as en la manga”,
“poner las cartas sobre la mesa”, “barajar y dar de nuevo” o “es un cuatro de
copas” tienen mucha salida. ¿Por qué no sumar la parábola del maldón, para referir a situaciones en las que no nos
vemos favorecidos, y quisiéramos corregir?
En el juego del truco, se propone como salvoconducto ante un ligue paupérrimo.
Te tocan dos cuatros y un cinco por ejemplo, y tirando las cartas gritás “maldón”,
entonces se reparte de nuevo. Obviamente, no siempre se acepta
y suele generar suspicacias. ¿Por qué, el hecho de recibir todas las cartas de menor valor nos
habilitaría a poder cambiarlas?... De onda. Se desconoce el origen de esa chantada
pero se acostumbra a esgrimirla de vez en cuando, y vale. Argentinamente.
Si en la
vida pudiéramos, cantaríamos maldón ante un sueldo bajo, un lunes negro, un
amor malogrado, una mala noticia.
Y estaría
bueno. Que la palabra dicha generara cambios concretos; que la apócrifa pero
simpática regla valiera en la vida cotidiana.
-Nos
presentan una mina que además de ser fea es mala y tiene mal aliento: maldón!
– y mandan otra en su reemplazo. Ponele.
¿Ante qué
cosas cantarías maldón? ¿Quién te reparte las cartas? ¿Quién es el pie, en el truco de tu vida? ¿Dios? ¿Vos mismo?
Te la dejo
picando, y en esta mano paso. Por un rato me voy al mazo.
miércoles, 13 de agosto de 2014
Panty te quiero
Hay mujeres a las que siempre se les corren enseguida y otras a las que les duran meses.
Por lo tanto, niña, dime cuánto te dura tu media entera sin correrse y te diré cómo eres.
martes, 22 de julio de 2014
Eso es todo, Amigos?...
Vi por la tele un documental junto a mi hijo. Argumentaban allí que el hombre nunca
llegó a la luna y que lo del Apolo 11 fue todo una simulación. Me puso de mal
humor. Mi hijo, ya informado sobre la
teoría conspirativa, repetía con displicencia las pruebas, adhiriendo quizá, y/o abierto también a lo contrario. Noté que
le daba lo mismo si era cierto o no lo que el programa ventilaba; con su estilo
de no sorprenderse demasiado de casi nada, a sus once años. Si pisamos o no la
luna no parece cambiarle nada. ¡Pero a mí, sí!
Según el
informe, aquellas tomas de 1969 supuestamente eran trucadas y no habían sido hechas en
superficie lunar sino en un set de filmación o en un lugar alternativo, como el playroom o la habitación de servicio de la casa de los Kennedy.
Se me movió
el piso. ¿Cómo es posible? Si fue así; ¿cómo pudieron engañar 40 años al mundo?
Mi vida entera se pone en duda: si es mentira que llegamos a la luna, puede ser
mentira cualquier cosa.
Mi hijo continuó
el zapping hacia otros canales. Yo sigo inquieto y aún no puedo cerrar la mandíbula.
¿Cómo se atreven a venir así como así a moverme la tierra (o la luna) tan de
golpe?
Las teorías
conspirativas también son una conspiración en sí mismas. Comparto su afán de
hacernos dudar sobre el orden establecido por los relatos oficiales, pero convengamos
también, de algo hay que asirse para vivir. La confianza es importante. Creer
en la historia del hombre. Confiar en que algo sucedió de verdad. En este caso,
lo vieron nuestros padres! Lo vieron millones de personas por la tele en
directo, emocionados, un gran salto para la humanidad! ¿Y ahora vienen estos molestos
a mearnos el asado? "Lo que pasó, pasó" dijo Daddy Yankee... ¿O ahora tampoco fue él?
Pero si
fuese cierto que nunca llegamos a la luna, ¿qué otras cosas podrían ponerse en
duda? ¡Todo!... Pueden nuestras grandes
verdades ya no serlo. La penicilina podría ser una mentira y dar un mero
efecto placebo, Sarmiento pudo haber sido mal alumno e incluso quedado
libre por faltas. Lo del genoma humano puede ser todo un verso; la tierra no
girar ya más hace rato alrededor del sol; hasta el video de Wanda pudo haber
estado trucado!
Hay que creer
o reventar, dice el dicho. Prefiero creer, todavía. Reventar, mancha.
Instaurar
el Día del Amigo fue iniciativa de un argentino, un tal Febbraro, quien lo propuso
ese día: el 20 de julio, el del alunizaje (o será “alucinaje”?) como un gesto
de amistad de la humanidad hacia el universo.
Que la
Amistad existe, es un hecho, tal vez el más hermoso.
Bajemos por
ahora el raro trago con otro trago, y parafraseando a Groucho:
“Todo el
mundo debería creer en algo. Yo creo que voy a seguir bebiendo.”
miércoles, 16 de julio de 2014
domingo, 29 de junio de 2014
La Mara y los límites de la libertad
En el zoológico
hay animales más protagónicos que otros. Cuanto más grande, simpático o
depredador, o si su imagen ha sido beneficiada por Disney-Pixar,
más miradas acapara.
Pero como mi atención suele recalar en los de menos
prensa, perdedores o desplazados, quiero traer hoy a colación a esas criaturas
insulsas, tímidas y de perfil bajo que pululan fuera de las jaulas. Son las
maras, o liebres patagónicas. Las ubicás, supongo.
De tamaño perro y
apocada personalidad, intentan infructuosamente pasar desapercibidas; a veces hasta
simulan ser estatuas. Son para mí, animales
“extra”. Ni protagónicos, ni secundarios. No dicen nada. Están ahí,
simplemente. Pasan corriendo. Como a los extras, les han marcado una mínima acción:
que caminen; que crucen de vez en cuando. Y no intentes relacionarte con ellas,
porque enseguida salen de cuadro.
Supongo que alguien
sembró a las maras en el zoo, allá por el 1900. Habrá dejado un
casalito, a ver qué pasaba, y se empezaron a multiplicar hasta las miles que
son hoy. Algún gen de sometimiento las debe gobernar, ya que andan sueltas y en
la historia de las maras ninguna se ha escapado.
Bien podrían contar tres y
salir corriendo por la entrada de Libertador hasta perderse en zona Rosedal, y
sin embargo ninguna quiere huir. No piden nada. Nadie se hace mucho cargo de
ellas. Son homeless. No tienen cucha. Se tiran por ahí, cuando todos nos vamos. No tienen cuil
ni obra social; muy cada tanto aparece alguien del Sutep (sindicato de extras) para
ver si está todo bien.
Investigando un
poco: la liebre patagónica no es una liebre. Llamada con el suspicaz nombre
científico de Dolichotis Patagonum(*),
se trata del roedor casi más grande que existe; aunque parece no saberlo. Es
netamente argentina.
Y como si eso fuera poco, es monógama. Un detalle que esclarece algunas cosas. Siendo que muy
pocos roedores, y menos de un 5% de todo el reino animal es monógamo, de ahí
puede venir su resignada docilidad; podría dejarnos más claro porqué no se raja
a la mierda.
Las maras forman
pareja de por vida. No tienen facebook; eso también ayuda. Ojo, tampoco se las
ve muy apasionadas. Al no estar enjauladas, están menos en cautiverio que el
resto de los animales, pero convengamos, es una libertad con límites
autoimpuestos. (Como todas las
monogamias.)
Imaginemos a cualquier
otra especie, suelta por el zoo… Los monos, por ejemplo. Claramente, eso sería
libertinaje.
Un mono con navaja,
agarrate.
A la mara, en
cambio, dale una victorinox de las grandes y quedate tranquilo que ni fu ni fa.
(*) lo de Dolichotis, es posta.
jueves, 29 de mayo de 2014
SEXO, MENTIRAS Y FLIRTEO
El romanticismo ya fue. La sinceridad fue ganando terreno en la sociedad. Realities en múltiples formatos, ahora las redes sociales, hacen su aporte para sincerarse y confesar el minuto a minuto de los sentimientos.
Cada vez más gente pugna por conocer la verdad de la milanesa cruda. En el terreno amoroso, la tendencia también viene llamando a las cosas por su nombre. Es típico hoy decirle “te amo” a un hijo; cuando antes se le decía “te quiero”. Padres e hijos usamos el “te amo” genuinamente; ahí no se duda. En cambio cada vez más se dice menos a un amante. Descorrido el velo del amor conyugal, develada la antigua falacia de la incondicionalidad en la pareja, sabemos hoy que hay requisitos que el otro debe cumplir para que el amor siga funcionando. El “te amo” de pareja lleva implícitos puntos suspensivos; te amo mientras me seas fiel, te amo mientras me des la cantidad de hijos que quiero, te amo mientras me acompañes en lo que necesito y no me contradigas, te amo mientras no traigas problemas económicos, te amo mientras me des energía y exclusividad como al principio.
¿Hasta
dónde va a llegar la sinceridad? En twitter o facebook la gente bromea con su
escasa frecuencia sexual, confiesa amores tórtolos o desamores resentidos,
muestra pies enroscados o fotos del desayuno que su amante le trajo a la cama.
Pero ser sincero entra en conflicto directo con ser romántico. “Miénteme como
mienten los boleros”, cantaba Sabina, sincerándose. Mienten las
canciones, las películas románticas. Todos lo sabemos pero igual seguimos
jugando al juego del romance, porque el que no miente no coge. Los
solteros, incluso, deben omitir información, hacer llamadas “de mantenimiento”
a sus amantes, seguir regalando cierta energía para que la cosa no se enfríe.
Es un “trabajo” que se toman quienes no quieren perder el palenque donde estacionar
sus equinos deseos.
Escucho las quejas de muchas mujeres sobre la “histeria” masculina. Considero que el fenómeno de la histeria llegó al varón para quedarse. De hecho, desarrollo el tema en mi libro, cuyo subtítulo es, justamente, “Historias e Histerias Masculinas.” Pero quizá estemos usando mal el término, y esa histeria no sea más que sinceridad. Sinceridad con uno mismo y sus ganas y sus miedos. Los varones veníamos con el mandato de estar “siempre listos” a complacer sexualmente a la mujer que lo requiriera. Y a menor dificultad para el abordaje, mayor la reflexión sobre el deseo de concretarlo.
“Lo invité a cenar a casa. Venimos viéndonos cada tanto. Transamos a veces. Cociné un pollo. Me dice que viene, que mejor no, que me quiere ver, que sí, que no, “ok, ahí voy”. Después me llama que está cansado y no viene. Gato floro. Yo le digo “aflojá, no quiero ser tu novia, somos amigos…” O le doy miedo o se siente ahogado, o no se… Es un histérico.”
No; a ver... Está abriendo el paraguas. Si te ve más veces sabe que va a venir el “nosotros qué somos?” y (tal vez por ahora) no quiere que sean nada más que ese “transamos a veces”. Todos los varones creemos que las mujeres quieren avanzar en la relación; todos creemos que después del sexo ellas van a querer casarse. Es una verdad instalada y de algún lado habrá salido. A las mujeres les da bronca y corren a aclararlo, ofendidas. La cabeza del varón funciona claramente después de tener sexo; la de la mujer, antes. Son mundos antagónicos: el tipo excitado no piensa; es un palomo en celo y puede llegar a decir cualquier cosa. Las mejores poesías, grandes epopeyas o hasta guerras se han desatados por pasiones y pulsión sexual. (¿O debemos llamarlo romanticismo?)
Está bueno ser sincero y decir lo que nos pasa. Tendremos menos romance, sí; pero también menos guerras.
miércoles, 21 de mayo de 2014
La gente se divide
1-El niño rico se come sólo el relleno de la merengada; las desenrosca y tira a la mierda las tapitas.
2-El niño de clase media desenrosca una y tira la otra tapita, cada tanto, cuando nadie lo ve.
3-El niño pobre se come, con suerte, la merengada entera.
4-El niño con conciencia de clase o culposo, se come las tapitas primero y deja el relleno para el final.
Cada cual hace lo que hace, pero seamos francos: las tapitas no son ricas. Son una excusa para acceder al interior. Es cierto que el relleno sólo, tampoco es fácilmente tragable. Tal vez la solución sea una sola tapita. O fabricar merengadas con tapas más finitas.
Confieso que actué como el niño 2. Y que mi hijo, sin que seamos ricos, siempre actuó como el 1.
Yo como soy culposo nunca le dije nada. Y supongo que escribo esto por conciencia de clase.
Como la del niño 4.
(Tejiendo hipótesis a la hora del te.)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)