lunes, 24 de septiembre de 2012

Nota de El Argentino sobre infidelidad que cita "Todos los hombres son solteros" *


ELArgentino
imprimir

Nota de tapa
Curar al infiel
27-01-11 /  Aceptación, diálogo, distancia y perdón. Los nuevos “recuperadores de infidelidad” juran tener recetas prácticas y efectivas para salvar el matrimonio.

Por Cicco

San Martín lo hizo. El Padre de la Patria no sólo supo desenvainar el sable y liberar naciones. Además, se hizo tiempo para, en cada campaña, liberar mujeres de sus ropas, convertirse en amante ocasional y, en su condición de esposo, en infiel consuetudinario. Pero no hay que echarle todo el fardo por faltar a su palabra. No es el único prócer argentino con historia pecaminosa. En sus liquidaciones oficiales de viajes por Europa, Sarmiento solía destacar sus egresos en materia de orgías. “París: un café en el Moulin Rouge. Milán: dos ristrettos. Orgías. Roma: un retrato de su santidad. Gran orgía”, recuerda de memoria Federico Andahazi, quien tuvo a manos los diarios de gastos del presidente, como parte de una trilogía donde, literalmente, le baja los pantalones a la historia argentina —su último tomo, “Pecadores y pecadoras”, va desde el golpe del ‘30 a Cristina “K”. Por supuesto, en tiempos de San Martín y Sarmiento no se concebía la terapia de pareja. Además, nadie imaginaba que podía existir una subespecialidad como la “recuperación de infidelidades”, el último bote de una embarcación venida a pique llamada matrimonio. La disciplina tiene veinte años de historia. Y exhibe avances asombrosos.

Clientes no faltan: la infidelidad, hoy en día, es la principal causa de divorcios. Las estadísticas indican que, a nivel mundial, la mitad de los hombres se reconoce infiel, mientras que casi un 40 por ciento de las mujeres les sigue el tren. El engaño en la pareja no sólo produce ataques de ira, ansiedad y pozos depresivos. Para los terapeutas de pareja, es el escenario más difícil de remontar: lo resiste menos de la mitad de los matrimonios.

Y además, la “trampa” es más vieja que la Argentina. “Hay un título de La Nación que incluso sitúa a Sarmiento saliendo ebrio de una orgía. Es que la palabra que sintetiza la sexualidad de los argentinos es ‘hipocresía’. Y la infidelidad es una de sus caras”, insiste Andahazi. “Nunca se puso en entredicho el tendal de amantes, incluyendo una espía, que dejó San Martín en la campaña del Alto Perú”.

En verdad, la historia de San Martín no acabó bien. Mientras el santo de la espada cumplía el mandato patriótico y convertía sus hazañas en bronce, puertas adentro, su esposa Remedios de Escalada lo engañaba con Ramiro y Murillo, dos oficiales. No sólo eso: tenía amoríos simultáneamente con ambos y, por si fuera poco, con una enfermedad galopante que le impedía, quizás, sumar más amantes a la lista. En una carta dolorida a un amigo, San Martín dejó asentado que “nació para ser cornudo”. El general, humillado y vengado, decretó la separación. Ramiro y Murillo fueron presos, rapados y desterrados. Tras la traición, no hubo vuelta atrás. Hoy podría haberla.

En estados unidos, la psicóloga Kristina Gordon, de la Universidad de Carolina del Norte, investiga desde 1992 el tema del perdón y la infidelidad, y es uno de los referentes en la materia. Ella buscaba sin suerte ayudar a una pareja en crisis, mientras se preguntaba por qué las tradicionales terapias cognitivas de pareja no parecían funcionar. “Descubrí que ellos habían experimentado una infidelidad en los primeros años de matrimonio, y eso había destruido la confianza entre cada uno”, recuerda Gordon a Newsweek. “Se había estudiado muy poco en psicología sobre cómo ayudar a las parejas a perdonarse, así que empecé a investigar por mi cuenta”.

Gordon elaboró entonces un manual de emergencia de recuperación de infidelidades —en seis meses, dice, se puede cicatrizar heridas—, y un libro de asistencia a terapeutas para aprender a aplicar sus técnicas. A las parejas que la visitan a su consultorio, les exige tres reglas de oro: 1) No esconder el tema bajo la alfombra. 2) Ser cuidadosos de con quién hablan del tema. Y 3) Poner límites para que el affaire de su pareja no se entrometa en sus vidas.

“Yo propongo a las parejas que hablen del tema sin usar un discurso autodefensivo y que traten de entender en profundidad por qué ocurrió la infidelidad para ayudar a que no vuelva a suceder. Una traición puede volverse un trauma si se la ignora —advierte Gordon—, y tener un impacto tremendo en los matrimonios a largo plazo”.

Un año atrás, Marsha Rozalski inauguró en Ohio el Centro para la Recuperación de Infidelidades. Víctima de la infidelidad de su esposo, Rozalski cuenta que pudo “capear” la tormenta. Y ahora, asesora a parejas engañadas y presta asistencia en su camino de regreso a casa. “Yo estuve ahí donde ustedes están ahora. Yo entiendo”, dice a sus clientes. “Cuando hablo con matrimonios, les insisto en lo importante que es ser completamente francos con el otro y no ocultar nada por temor a dañar al otro”, agrega Rozalski en un post de su sitio, donde ofrece coaching privado, foros de víctimas, tips para detectar engaños y su programa de 90 días para superar el mal trago. “La única forma comprobada de recuperar un matrimonio es a través de un comportamiento honesto comprobable y total honestidad durante un tiempo. Y, por otra parte, disolver todo vínculo con la tercera persona en discordia. Esto es decisivo”.

Un estudio de Annette Kreuz, terapeuta de pareja y familia de Valencia, España, determina que la mitad de las parejas que sufren una infidelidad no pasa la prueba. “La posibilidad de ser engañado/a es un tema de alto voltaje emocional, porque amenaza a la pareja en su misma base. En España, la fidelidad se considera imprescindible en mas del 75 por ciento de los encuestados, y deseable en más del 90 por ciento”, cuenta Kreuz a Newsweek. Sin embargo, añade que la probabilidad de que alguien sea infiel es alta después de estar comprometido en una relación por más de 7 años: a más del 70 por ciento le gustaría probar estar con otra persona si se le asegurara que se mantendrá el secreto y no tendrá consecuencias. “El deseo no entiende de normas sociales”, resume.

A la hora de recuperar a una pareja dolida en su amor propio, la experta propone un trabajo de hormiga. Hay que fortalecer lo que tiene de bueno la relación matrimonial, reparar las heridas y deficiencias que originaron o sostuvieron el affaire, reconocer el daño causado, trabajar sobre el restablecimiento de la confianza, y pedir y conceder perdón. “En el tratamiento hay que abordar todos los condicionantes, y eso incluye aquellos aspectos de la pareja que facilitan o toleran la vulnerabilidad para aventuras o relaciones paralelas”, indica.
Lara M., redactora publicitaria, sabe del engaño y el perdón mejor que nadie. Cuatro años de noviazgo y seis de matrimonio. Dos hijos inmaculados —gemelos— entonces de 5 años. Pero nadie tiene la historia de amor comprada. Su marido, empresario de la industria alimentaria, la engañaba con su personal trainer. A siete años de aquello, Lara ríe: “Todas las mujeres engañan a sus maridos con el personal trainer, a mí me tocó al revés: el mío me engañó con la suya”. Pasó todas las etapas de manual: se preguntó por qué a ella, si todo iba tan bien. Se enojó tanto que pensó en dejar a su marido en la ruina y no permitirle ver más a sus hijos. Y luego dio un vuelco que salvó su pareja. “Yo había contratado a un detective, estaba dispuesta a todo”, dice Lara. (En la Argentina hay, se estima, 500 agencias de cazadores de infidelidades, que en los últimos años duplicaron su número de clientes). “Tenía todas las pruebas para dejarlo en la calle”. Su psicóloga le habló de una de las palabras más recurrentes en las terapias de recuperación de infidelidades: el perdón. “Ella me dijo que el perdón traería nuevamente la confianza”, recuerda. “Y tenía razón”.

Lara no sólo perdonó. Su marido lloró y clamó por una segunda oportunidad. Y, además, hizo lo que todo esposo en vías de recuperación haría: le compró bolsas y bolsas de ropa y la llevó a las playas de Uruguay a restablecer el fuego en la pareja. “No sabés la plata que se gastó”, dice Lara. “Me demostró que me amaba. Sufrió mucho y se le notaba”. Pero ¿y qué hay ahora de la confianza? ¿Se puede volver a la vida en pareja después de una traición? Lara es firme pero cautelosa: “Sé que estamos expuestos, pero tengo confianza. Puede volver a pasar, pero creo que, antes de hacerlo, esta vez él lo va a pensar muchas veces”.

Conocida en radio como Doctora Amor, licenciada en letras, dramaturga y guionista de “Lalola”, Esther Feldman es autora de dos libros vitales (“Amados y amantes” y “Rupturas”) en los que, entre otras cosas, reflexiona sobre por qué el amor, muchas veces, no triunfa como en las películas. “La fidelidad parece no ser innata en el ser humano”, sentencia Feldman. “Es una condición más social que orgánica. No es constitutiva de nuestra raza. Tiempo atrás, cuando la pareja se proponía fidelidad para toda la vida, la vida era más corta. A los 45 ya eran ancianos y sus deseos sexuales eran los que hoy tiene una persona de 80. Hoy se habla de la cuarta edad, es decir, uno de 60 no es considerado viejo. La cantidad de años que propone la fidelidad parece una montaña muy difícil de atravesar”.

Feldman es de la idea de que las mujeres son más abiertas al perdón, por razones genéricas. “La fidelidad está unida a la herida narcisista y las mujeres estamos más acostumbradas a bancarnos las heridas narcisistas en el trabajo, en la casa, en la calle”, afirma. “Al varón esto no le sucede.

Muchos hombres se mueren por perdonar una infidelidad, pero te dicen: ‘Ya se enteraron todos mis amigos, quedo como un boludo si vuelvo’. El qué dirán para los hombres es mucho más importante en relación con el engaño que para las mujeres”.

Pablo Novak, actor, músico y autor ponzoñoso, lanzó “Todos los hombres son solteros”*, un libro que le valió la enemistad de miles de mujeres —aún así dice que el 70 por ciento de ellas se siente identificado con su obra—. Hoy tiene más de mil seguidores en Facebook. De las nueve historias que narra, ocho tratan de infidelidades. “El hombre necesita fantasear con otras mujeres para poder estar en pareja, eso es lo que ellas no entienden, y eso no significa infidelidad. La necesidad del hombre es puramente visual”, reconoce Novak, un defensor del matrimonio, aún cuando el suyo, de 12 años con la actriz Andrea Campbell, con quien tuvo dos hijos, acaba de disolverse. “El hombre elige no ser infiel por todo lo que tiene para perder. Pero las mujeres no quieren saber cómo pensamos los varones, y ese malentendido causa muchas rupturas”. 


Felisa R., madre de tres hijos y profesora de Lengua, siente que hizo todo para superar ese supuesto malentendido. Incluso, tal como le insistía su marido, para dar rienda suelta a su imaginación aceptó acompañarlo a clubes de intercambio de pareja. “Me banqué hasta verlo con otras mujeres y él me veía a mí con otros hombres, pero teníamos reglas”, recuerda Felisa. En la pareja, si bien estaba permitida la infidelidad consentida, había un precepto inquebrantable: no “cortarse” solos. Una cosa es experimentar juntos nuevos juegos sexuales, pero que el otro lo hiciera por su cuenta significaba una traición. “Un día llegó con perfume de mujer, y su explicación me pareció una falta de respeto. Otro día, llegó con los calzoncillos puestos al revés. Ese día lo eché de casa”, cuenta, aún dolida. El esposo buscó el perdón. Dijo que pondría fin a sus correrías.

Pero Felisa se mantuvo firme. “Mi analista estuvo de acuerdo conmigo”, dice. “Yo había dado todo, superé todo límite y, aún así, no le alcanzó. No era el hombre para mí. Y descubrí que no estaba interesada en recuperar la pareja”.

Valeria Schapira, periodista y consultora sentimental, se interrogó sobre por qué de la docena de historias de amor más fuertes que había vivido, había fracaso en todas. Para eso, interrogó a sus ex y escribió un libro a puertas abiertas: “Los muertos de mi placard”. “Si el hombre tuvo un desliz, lo mejor que puede hacer es callarse”, dice hoy Schapira, curada de espanto. “Si la mujer es infiel, es infiel con el corazón. El hombre no necesariamente se compromete con los sentimientos cuando traiciona a su esposa. Yo estuve cuatro años casada. Es difícil mantener una pareja. Es como si comés pollo con ensalada todos los días, uno se cansa. Y los que tenemos un intelecto complejo necesitamos adrenalina. Ahora te digo: soy de las que creen que cuando hay una infidelidad nada vuelve a ser igual. Cuando la cosa se rompió, queda pegoteada como jarrón y se notan las marcas.

No conozco a ninguna pareja que no haya tenido un amante. No importa que las mujeres digan que perdonan a sus esposos. Tarde o temprano, le van a pasar la factura. Es parte de la genética femenina”.
En la política de estados unidos, las infidelidades son cuestiones de Estado. Bill Clinton pecó con una becaria y recibió el perdón de Hillary (años más tarde, ella dijo que fue por amor y por su fe en Dios). Silda Wall Spitzer también parece haber exculpado la aventura con una prostituta de su marido, el ex gobernador de Nueva Jersey Eliot Spitzer. En cambio, Jenny Sanford pidió el divorcio del gobernador de Carolina del Sur, Mark Sanford, después de descubrirse en 2009 la escapada con su amante argentina.

Las circunstancias y destinos son diferentes, ¿pero se puede desarmar la infidelidad a un nivel más profundo? Agustín Ibáñez, investigador del CONICET y director del laboratorio de Psicología Experimental y Neurociencias de INECO, se dedicó a rastrear qué faltaba —o qué sobraba— en el cerebro de aquellas que personas que no pueden sostener la idea de “hasta que la muerte los separe”. La respuesta es críptica: el VNTR y el DRD4. “Existe una mutación genética, conocida como polimorfismo VNTR, que afecta ciertos receptores dopaminérgicos humanos (DRD4) e impacta en la conducta sexual, especialmente en la promiscuidad y la infidelidad”, dice. Diferencias en neurotransmisores y hormonas, como la dopamina y la testosterona, también explicarían en ciertas diferencias de género en conducta sexual. Ibáñez, junto con otros colegas, también afirma que una pareja fiel suele dar, como resultado, una pareja saludable y con mayores expectativas de vida. “No es la fidelidad per se”, aclara a Newsweek. “Se trata del desarrollo de vínculos estables: reducen el estrés, disminuyen el riesgo de enfermedades cardíacas y promueven múltiples procesos cerebrales positivos”.

El doctor en Biología Diego Golombek, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes y divulgador científico, escribió “Sexo, drogas y biología”, donde analiza el comportamiento primate que todos llevamos dentro y cuenta por qué al varón le tienta más la infidelidad. “La actividad sexual del macho, en particular la fertilización de la hembra, cuesta menos en tiempo y energía que lo que le toca a ellas, así, en general los machos tendrían más posibilidades de andar apareándose por ahí”, compara. “Si el macho se aparea con más hembras, seguramente tendrá más descendencia. Aún así, existen muchos ejemplos en la naturaleza que muestran que las hembras tienen diversas estrategias para elegir”. Para Golombek, sin embargo, no hay que culpar al instinto por nuestros pecados. “Si bien podemos encontrar bases biológicas para nuestra infidelidad —advierte—, no hay que olvidar que no somos sólo lo que traemos ‘de fábrica’, sino también lo que hacemos con ello”. Que exista una relación entre el DRD4 y la tendencia a ser infiel, agrega, no “obliga” a que lo seamos.

Después de que tres amigas se derrumbaron tras sufrir episodios de infidelidad, la escritora, periodista y politóloga Janick De Oliveira Cézar (nacida en la Argentina pero educada en Francia) investigó la materia. Entrevistó a medio centenar de infieles, engañados/as, psicólogos y médicos. Y concluyó que muchos matrimonios se pueden salvar (y vale la pena intentarlo) después de un affaire ocasional. “Es cierto: el engaño no se olvida y queda impreso en el corazón y la mente como la yerra en las vacas”, dice a Newsweek la autora de “Infidelidad”. “Pero después de la furia, y si se sigue determinados pasos, se vuelve a enfocar la realidad: [el infiel] no es un monstruo ni un asesino serial. Es humano. Tiene sus defectos. Y se equivocó”.


Url: http://diagonales.infonews.com/Content.aspx?Id=122812

jueves, 13 de septiembre de 2012

Todo el Año es Navidad (y Día del Agrimensor)



Más allá de los re manidos Días del Niño, del Padre o del Amigo, existen emotivas fechas que no podemos dejar pasar. Aquí les dejo una ayuda memoria que recomiendo pegar en la heladera. (Y no olviden que el 11 de marzo es el Día del Heladero!)

Enero
01 - Año Nuevo        01 - Día del Hijo        06 - Reyes Magos
07 - Día del Coleccionista        10 - Día de los Trabajadores del Transporte
12 - Día del Trabajador Pizzero y Pastelero        19 - Día del Cervecero
26 - Día del Pescador

Febrero
04 - Día del Guardavidas        05 - Día del Trabajador Deportivo
14 - Día de Los Enamorados – San Valentín       
15 - Día del Redactor Publicitario
16 - Día del Trabajador de la Pesca Industrial       
18 - Día de la Mujer de las Américas
24 - Día del Trabajador Mecánico Automotor

Marzo
04 - Día del Hermano        06 - Día del Escultor
08 - Día Internacional de la Mujer        11- Día del Heladero
14 - Día del Trabajador de la Alimentación
15 - Día Internacional del Consumidor        18 - Día del Trabajador Telefónico
19 - Día del Carpintero        19 - Día del Artesano
19 - Día del Industrial Maderero         25 - Día del Niño por Nacer
27 - Día del Trabajador Aeronáutico

Abril
1º Domingo - Día de la Novia        02 - Día del Veterano de Guerra       
02 - Día del Papelero        03 - Día del Maderero        07 - Día del Trabajador Telepostal        09 - Día del Investigador        12 - Día del Decorador        12 - Día del Vidrierista        13 - Día del Kinesiólogo        3º Domingo - Día de los Padrinos       
22 - Día del Trabajador de la Construcción        4º Domingo - Día del Matrimonio        26 - Día del Librero        27 - Día del Agente de Viajes

Mayo
01 - Día de los Trabajadores       
02 - Día Nacional del Actor
07 - Día del Taxista        07 - Día del Gráfico        2º Domingo - Día del Ahijado
11 - Día Internacional de la Enfermera        11 - Día del Autor y Compositor
12 - Día del Nieto        12 - Día de la Fonoaudióloga
14 - Día del Dirigente de Fútbol        20 - Día del Futbolista
26 - Día del Agente de Propaganda Médica        28 - Día de la Maestra Jardinera

Junio
01 - Día del Trabajador Aduanero        02 - Día del Bombero Voluntario
02 - Día Nac. del Graduado en Cs. Económicas
07 - Día del Periodista        07 - Día del Trabajador Gráfico
10 - Día del Trabajador de la Carne        11 - Día del Vidriero
13 - Día del Escritor        13 - Día de los Vecinos        16 - Día del Ingeniero
18 - Día del Empresario        3º Domingo - Día del Padre

Julio
02 - Día del Asistente Social        02 - Día del Editor de Revistas
03 - Día del Locutor        03 - Día del Dirigente de Empresa
05 - Día de la Empleada        07 - Día del Agente de Policía
10 - Día del Comercio y del Comerciante       
20 - Día del Amigo
28 - Día del Promotor Publicitario

Agosto
02 - Día del Trabajador Gastronómico       
04 - Día del Panadero
05 – Día del Traumatólogo        06 - Día del Veterinario   
06 - Día del Ingeniero Agrónomo        2º Domingo - Día del Niño
12 - Día del Trabajador de T.V.        14 - Día del Empleado Judicial
3º Domingo - Día del Abuelo        20 - Día del Despachante de Aduana
25 - Día del Peluquero        26 - Día del Actor
27 - Día del Trabajador de Est. de Serv. y GNC        29 - Día del Abogado

Septiembre
1º Domingo - Día de la Tía        03 - Día del Ferretero
04 - Día de la Secretaria        08 - Día del Agricultor y Productor Agrario
11 - Día del Maestro
11 - Día del Cliente        13 - Día del Trabajador del Calzado
13 - Día del Bibliotecario        14 - Día del Cartero        19 - Día del Preceptor
21 - Día del Estudiante / Día de la Primavera        21 - Día de los Enamorados
21 - Día de los Artistas Plásticos        21 - Día del Almacenero
24 - Día del Trabajador de la Industria Química         24 - Día del Colectivero
24 - Día del Novio        24 - Día del Comerc. de Mat. para la Constr.
26 - Día del Empleado de Comercio        28 - Día del Rector
28 - Día Internac. del Productor de Seguros         29 - Día del Diplomático
30 - Día Internacional del Traductor

Octubre
02 - Día del Trabajador de Edificios        03 - Día del Odontólogo
04 - Día del Meteorólogo        05 - Día del Turista        08 - Día del Trabajador Rural
11 - Día del Martillero Público        11 - Día del Arbitro de Fútbol
12 - Día del Farmacéutico Argentino        13 - Día del Psicólogo   
19 - Día del Carnicero        21 - Día del Trabajador de Seguros
3º Domingo - Día de la Madre        24 - Día del Diseñador Gráfico / Industrial
26 - Día de la Suegra

Noviembre
03 - Día del Joyero y Relojero 03 - Día del Pedicuro
06 - Día del Bancario        07 - Día del Periodista Deportivo
08 - Día del Técnico Radiólogo        10 - Día del Municipal        10 - Día del Dibujante
2º Domingo - Día de la Abuela
21 - Día de la Enfermera        22 - Día del Músico

Diciembre
01 - Día del Ama de Casa
01 - Día del Farmacéutico y Bioquímico        03 - Día del Médico
05 - Día Nacional del Ama de Casa        07 - Día del Agente Bursátil
07 - Día del Distribuidor Mayorista        08 - Día del Trabajador Autónomo
13 - Dia de la Policia Bonaerense        15 - Día del Trabajador Camionero
16 - Día del Optico        17 - Día del Contador
22 - Día del Empleado de Farmacia        25 - Navidad
28 - Día de los Santos Inocentes         31 - Fin de Año


Me resultan especialmente interesantes el 15/4, que es el “Día Internacional del Consumidor” (cómo no sentirse identificado), que si se te llega a pasar tenés el 11/9, que es el del “Cliente” (créase o no, hay un día del cliente. Y yo pensaba que el cliente SIEMPRE tiene razón.)


Me emociona particularmente el mes de mayo, porque trae el “Día de la Fonoaudióloga” (me escuchaste?) el del “Dirigente de Fútbol” o el “Día del Agente de Propaganda Médica”, que me salgo de la vaina por festejar.

Tenemos también el “Día Internacional del Productor de Seguros” (no me quiero imaginar cómo se llaman por teléfono entre ellos), el del “Técnico Radiólogo”, del “Agente Bursátil” y hasta del “Trabajador Autónomo” (que me incluye. Buen día para hacer un monotributo; o sea, un Tributo al mono que trabaja en forma independiente.)



Septiembre es un mes de hacha y tiza. En un mismo día es “del Estudiante” (tiza), el de “los Enamorados” (hacha) y de “la Primavera”. Es un triplete en el que se despliega testosterona y otros químicos segregados que no menciono debido al buen gusto que me caracteriza. Pero lo que más me emociona y conmueve no es el 21 sino el 24, pues es el… “Día del Comerciante de Materiales para la Construcción”!!!

… Y no puedo seguir escribiendo porque me quebré.


                                       (y el 5/8 es el del Traumatólogo.)

 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Pasé por ahí


Hoy pasé por donde vivía cuando era chico. Caminé por esas cuadras que separaban mi casa de la parada del colectivo; esas que conocía de memoria; donde pisaba siempre distinto, fantaseando con que el no tocar ciertas baldosas modificaba drásticamente mi destino. Cotidianas supersticiones del pequeño neurótico ilustrado que ya asomaba al mundo. Búsquedas de sentido en blazer y pantalón gris.


Me acordé que no me convencía habernos mudado ahí; creía merecer mejores entornos en la película de mi vida. Las publicidades ya refregaban contrastes; el cine traía héroes que fumaban Camel después de salvar de grandes peligros a las Brooke Shields de turno, y yo arrastraba las botitas de gamuza por Gurruchaga en horarios depresivos como las siete menos diez de la mañana o de la tarde, por esas veredas que me tenían harto.


Hoy pasé por ahí y había sol.

Pasé por ahí y me pareció lindo. Ahora me gustó. Pensé: “viviría acá”.

Pensé: “qué feliz que era, cuando era infeliz.”

Y cuando uno piensa, piensa rápido. Es como en los sueños; que según dicen los expertos en cuestión de segundos uno puede soñar la saga entera de la Guerra de las Galaxias. El periplo del pensar, ahí en mi púber barrio, me llevó entonces rápido a conclusiones que vinieron como anillo al dedo de la soledad. Esa soledad, que hoy asoma de soslayo en mis temáticas. Esa que rumian preocupados recientes separados o inquietos solteros, ni asomaba en aquél entonces: porque de niño uno está siempre solo. Es decir, hasta los veinte por lo menos uno no tiene en sí ni siquiera el concepto de pareja. Tal vez las mujeres lo barajen ya a los quince pero nosotros no. La pareja, o la falta de ella, es un concepto que no incorporamos hasta muchos años después.



Y muchos años después, pasé por ahí. Solo. Y recordé lo solo que estaba siempre, por ejemplo, a los catorce. Y me reí ante aquellas imberbes conflictivas. Y ante las de ahora, también. Hace treinta años mis traumas podían ser la prueba de química o geografía; el comparar mi físico con el más grandote/deportista o mi status con el más fachero/adinerado. O si tendría un skate Sims o unas nuevas All-Star o un ciclomotor. O si me dejarían entrar al cine, o si la chica más linda alguna vez se fijaría en mí.

Pero estaba solo y no era un tema; en mis elucubraciones, en mis tristezas y alegrías, estaba solo. Siempre solo, pero era yo mismo. Yo-divirtiéndome con amigos, yo- peleando con mi hermana, yo-yendo a comprar un pollo al spiedo, yo-esperando el 39, yo-haciendo caligrafía, yo-viendo El Chavo del ocho. Yo-solo.

Claro, con compañía de madre, padre o hermana… Pero solo en mis pensamientos.



Muchos años después uno se empareja, se anovia, se casa, y se enfamilia.

Se pluraliza; hace todo de a dos, se piensa de a dos.



Y muchos años después, tal vez, vuelve a estar solo.

Y camina por donde antes andaba así siempre, sin saberlo.

Y es hermoso quererse ahora; enternecerse con el que era uno a los catorce. Es lindo ser amigo de aquél, y abrazarse.



E ir repitiendo baldosas, donde nada es lo mismo. Caminar esas veredas poniendo “en vereda” los pensamientos:

Nada es lo mismo, porque ya nunca soy el mismo.

Aunque vuelva a estar solo.