sábado, 12 de enero de 2013

Tom y Jerry: la pelea garpa




¿Vieron esos capítulos “nuevos” de Tom y Jerry en los que son amigos? Nunca me gustaron. Funcionaba más cuando eran enemigos. Cuando son amigos, la cosa no va.
Porque es así; Tom y Jerry siempre fueron enemigos y alguna que otra vez se juntaron ante una fuerza superior. Amenaza Ovnis, o algún gato mas malo; ahí se defiendieron juntos. O alguna vez donde Tom pensó que había matado a Jerry y se desesperó. Se sintió muy culpable y hasta lloró a moco tendido imaginando al ratoncito en el cielo. Pero sobre el final Jerry aparecía vivito y coleando y volvía la pelea.

Yo era fanático de Tom y Jerry pero esos capítulos donde eran amigos, me traicionaban. Se perdía el interés. Las luchas internas eran reemplazadas por luchas contra agentes exógenos. Daba la sensación de que la Warner había franquiciado y los dibujaban otros; los nuevos guionistas tal vez querían distinguirse y alguno, fumado, tiró la idea: “son amigos, men... Tom y Jerry son amigos…”  Claro, porque eran los `70s y andaban todos paz y amor. Apareció la Pantera Rosa con su onda psicodélica y les movió el piso a los que basaban los argumentos en peleas, como los Tres Chiflados o el Correcaminos.



El Correcaminos, que tipo insoportable. Todos estamos con el Coyote, que es un dolobu pero te da lástima. Es una víctima más de las multinacionales como Acme. Siempre lo garcan; le venden cosas falladas, le explota todo en la cara. El Coyote es uno de esos que compra todo lo de Sprayette. Cae en todas las promos; es un buen consumista. Se compra el último teléfono, tiene gps pero lo usa mal. Siempre dio lástima el Coyote. Y el Correcaminos no es un personaje con el que nos encariñemos. Por empezar, no tiene letra. Tiene un bocadillo sólo: “bip bip” y siempre pasa apuradísimo. Medio resentido, el Correcaminos; es como que no le pagan mucho, entonces dice “voy el mínimo indispensable. No les regalo nada”. Ojea el libreto y se queja: “en este capitulo tengo 3 escenas cortitas; no digo casi nada y paso corriendo. Que país generoso. Estaré en mi trailer. Llámenme cuando este todo puesto”.  Y viene un toque, hace lo suyo y se va a comprar merca. Porque toma merca, el Correcaminos. Es cocainómano, como Speedy Gonzalez. Speedy Gonzalez es de un cartel mexicano. 
Otro que no generó gran empatía. Ese ratón no salió con mucho ángel. Claro, al lado de Mickey, imaginate… Ningún roedor descolló; era difícil competir con Mickey. Ni Bernardo ni Bianca, ni Pérez, y mucho menos Speedy Gonzalez con su impronta re sacada, de bebida energizante.




Pero Jerry, sí, llegó a tener lo suyo. Y todavía funciona.
Con Tom aún hay química actoral, pero ojo: no cuando hacen de amigos.
Es como cuando en lo de Tinelli nadie se pelea. La pelea garpa. La guerra de las vedettes en Mardel Plata y Carlos Paz, por ejemplo. Fijate que llega el verano y empiezan a armar quilombo. Siempre funciona mas donde hay pelea de gato y ratón.
O en el caso de algunas mediáticas, de gato y gato.

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