Cuando te separás, sobrevienen varias etapas. Confusión, Negación, Depresión, Revolución, Constitución, Plaza Once... Y finalmente Aceptación, según dicen. Alguien la ha experimentado. La sugieren las religiones, la proponen los psicólogos, la recomienda la autoayuda y el Selecciones.
Cuando tenés hijos, se hace duro, y cuando no te toca tenerlos en Navidad… Sí, sí, hay que aceptarlo. La famosa resignación cristiana. Aún siendo judío, hay que resignarse cristianamente. Ya te tocarán a fin de año. Y que ella se chupe esa mandarina.
Pero
Uno no sabe si contratarse unos extras pequeños que le hagan de familia, o directamente bajarse un par de somníferos con una caipiroska de Absolut y salir a hablar con algún reno que esté pastando en parque Saavedra.
O si aceptar la invitación a la casa de algún amigo o familiar que se apiadó de uno, que ya comenzó a comentar el conflicto en septiembre, como parte de la estrategia de marketing de su página, www.darlástima.net. Y en esa casa habrá otros niños, y uno pasará a ser aquél tío solari que se disfraza de Papá Noel. Pero uno quiere ser Papá, no él. Justamente, en Nochebuena uno exalta su paternidad.
Es entonces cuando la penitencia se hace notar. Porque separarse cuando hay hijos, para el varón tiene algo de penitencia. A uno lo mandaron al rincón, a Berlín, luego de las tres prendas. Y en esa noche de shopping y fuego artificial sos mucho más paria que en otras. Porque por más que estés feliz con tu nuevo estado, que esgrimas algún “por fin me la quité de encima”, en
Pero bueno; es bueno saber que hay alguien que también le pasa, no? A vos también? Buenísimo, somos dos. Y tal vez escribir esto sea preparar el terreno para que pase y ya. Y el 25 será otro día. Hay cosas peores. Hay MUCHAS cosas peores. Miles. (No busquemos ejemplos porque esto intenta ser comedia.)
Tomémoslo así: la incomodidad es buena. Porque uno busca (lleno de esperanzas) cambiarla, para estar cómodo de nuevo.
No hay que “ser” un separado, sino “estar” separado. No es lo mismo ser que estar. (También funciona con “casado”)
Y qué tanto; que la penitencia se acabe, antes de convertirla es una manera de ser.
se me pianta un lagrimón... abrazo
ResponderEliminaradrian
y vos, en qué etapa de todas esas (Confusión, Negación, Depresión, Revolución, Constitución, Plaza Once...) estás?
ResponderEliminarNovak, me mata como pintás con un par de trazos certeros tanta realidad. Mi aplausómetro (te tiro ese término retro ahora que terminaste en Clásica, a modo de souvenir) está por los aires. Deberías escribir más seguido.
ResponderEliminargracias Adrián; gracias Anónimo (veneciano); gracias Carla (sos Carla Roveda?) por valorarme así; ojalá fueses editora de alguna revista o jefa de alguna editorial: ahí sí que escribiría mucho más seguido, seguro!
ResponderEliminarpues realmente tendrías que hacerle la propuesta a una revista o al blog de algún diario tipo La Nación o Clarín o Página 12. Creo que estarían encantados de tener a alguien que contara las cosas como las ves vos.
ResponderEliminarMe mata eso de salir a hablar con algún reno que ande pasteando por Saavedra. Mortal!!!
ResponderEliminarSi, hay que pasar por todo eso con resignación cristiana, aún siendo judío, pero sin perder de vista que no siempre será así y que con un poco de suerte y viento a favor, de a poco todo irá cambiando para mejor. Porque como bien decís, hasta la penitencia más extrema, también eso va a acabar y algo me dice que al menos en tu caso, mucho antes de que se convierta en una forma de ser.
Paula
Te felicito por tu capacidad para expresar sentimientos tan profundos,en estas fechas se producen revoluciones emocionales en muchos de nosotros....es un placer leerte siempre y seguí adelante porque hay un mañana mejor!! Andrea
ResponderEliminarhabra q poner las "cosas" en perspectiva, o verlas desde otro lugar... pero entiendo. que anio nuevo sea distinto! De tpodas maneras es un dia, y punto.
ResponderEliminarDesde mi lugar de hija de padres separados, pero ya con 23 años, hace 15 que me angustia el no tenerlos juntos... Pero ami este sentimiento me hizo preguntar y cuestionar como Dios no pudo tenerlos juntos? y encontré muchas cosas buenas, el sentido de la vida, la razón de la falta de amor, la importancia de la familia en el mundo.. y como de a poco esta perdiendo su lugar privilegiado. Me alegra por un segundo saber que a pesar de las muchas cosas que seguramente ganaste, te ponga mal la falta de tus hijos, porque nosotros lloramos en los rincones a mama y a papa, porque para nosotros no tuvieron culpa ninguno de los dos... son papa y mama y ese combo nos trae al mundo por eso el corazón se sale de lugar cuando alguno falta, por el motivo que sea!
ResponderEliminarQueriendo darte un poco de mi esperanza, lo mas importante para tus hijos no es el tiempo juntos por cantidad; son las muestras de que el amor existe y la educación en el amor(esa que no se da en instituciones) , ni bienes materiales, lo mas grande que podemos recibir es la verdad y el amor... menos tv mas charlas.... el mundo nos ofrece cosas no muy buenas, pero papa y mama dan cosas del corazón... Feliz Navidad!!! de corazón!
¡Qué buen texto Pablo! Me gustan mucho tus ocurrencias, tu fina ironía, tus salidas lacanianas. Ponés en evidencia la sensibilidad sin caer en la sensiblería o en la victimización.
ResponderEliminary ni mencionar a la abuela de la criatuura,( madre del mismisimo sufriente) diciendo " y cómo? la nena no viene para navidad? porqué? entonces para qué voy a amar el arbolito??" y ahi uno no sabe si no será mejor decirle al ex si nos deja pasar la navidad con él, su nueva pareja, nuestro hijo y su nueva flia política.... ah, y si no le molesta, tambien llevamos a la abuela.
ResponderEliminarHermosas tus palabras Pablo! sos una persona muy especial.
ResponderEliminarNo se como llegué a esta página pero a pesar de que soy mujer y no tengo hijos, sinceramente me conmovieron mucho.
Deseo lo mejor para tu vida, se que sos una gran persona y me hacés reír siempre con tus ocurrencias. (bueno, hoy no me hiciste reír)
Besos