El que no le saca el plástico al control remoto no es igual al
que se lo deja a los asientos de su auto recién estrenado.
Para nada.
El último lo hace
por amor; por la emoción ante el olorcito a nuevo de su 0 km y el berrinche le durará
un par de días; mientras que el primero lo hace de desprolijo y/o
colgado. O de sucio: es más limpio tenerlo sin el plástico.
El mismo quedará mucho tiempo envolviendo ese control remoto.
Años,
tal vez. Deteriorándose, resquebrajándose y llenándose de polvo o restos de
grasa de embutidos; hasta que algún osado y circunstancial invitado se lo quite, mientras el dueño de casa no lo mira. (No vaya a ser que encima se ofenda.)
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