lunes, 10 de junio de 2013

Sacale el plástico, Ricardo
















El que no le saca el plástico al control remoto no es igual al que se lo deja a los asientos de su auto recién estrenado.  
Para nada. 
El último lo hace por amor; por la emoción ante el olorcito a nuevo de su 0 km y el berrinche le durará un par de días; mientras que el primero lo hace de desprolijo y/o colgado. O de sucio: es más limpio tenerlo sin el plástico.
El mismo quedará mucho tiempo envolviendo ese control remoto. 
Años, tal vez. Deteriorándose, resquebrajándose y llenándose de polvo o restos de grasa de embutidos; hasta que algún osado y circunstancial invitado se lo quite, mientras el dueño de casa no lo mira. (No vaya a ser que encima se ofenda.)

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