¿Vieron esos capítulos “nuevos” de Tom y Jerry en los
que son amigos? Nunca me gustaron. Funcionaba más cuando eran enemigos. Cuando son amigos, la cosa no va.
Porque es así; Tom y Jerry
siempre fueron enemigos y alguna que otra vez se juntaron ante una fuerza
superior. Amenaza Ovnis, o algún gato mas malo; ahí se defiendieron
juntos. O alguna vez donde Tom pensó que había matado a Jerry y se
desesperó. Se sintió muy culpable y hasta lloró a moco tendido imaginando
al ratoncito en el cielo. Pero sobre el final Jerry aparecía vivito y coleando
y volvía la pelea.
Yo era fanático de Tom y Jerry
pero esos capítulos donde eran amigos, me traicionaban. Se perdía el interés. Las
luchas internas eran reemplazadas por luchas contra agentes exógenos. Daba la sensación de que la Warner había franquiciado y los dibujaban otros; los nuevos guionistas
tal vez querían distinguirse y alguno, fumado, tiró la idea: “son amigos, men... Tom y Jerry son amigos…” Claro, porque eran los `70s y andaban todos paz
y amor. Apareció la Pantera Rosa
con su onda psicodélica y les movió el piso a los que basaban los argumentos en
peleas, como los Tres Chiflados o el Correcaminos.
El Correcaminos, que
tipo insoportable. Todos estamos con el Coyote, que es un dolobu pero te da lástima.
Es una víctima más de las multinacionales como Acme. Siempre lo garcan; le
venden cosas falladas, le explota todo en la cara. El Coyote es uno de esos que
compra todo lo de Sprayette. Cae en todas las promos; es un buen consumista. Se
compra el último teléfono, tiene gps pero lo usa mal. Siempre dio lástima el
Coyote. Y el Correcaminos no es un personaje con el que nos encariñemos. Por
empezar, no tiene letra. Tiene un bocadillo sólo: “bip bip” y siempre pasa
apuradísimo. Medio resentido, el Correcaminos; es como que no le pagan mucho,
entonces dice “voy el mínimo indispensable. No les regalo nada”. Ojea el
libreto y se queja: “en este capitulo
tengo 3 escenas cortitas; no digo casi nada y paso corriendo. Que país
generoso. Estaré en mi trailer. Llámenme cuando este todo puesto”. Y viene un toque, hace lo suyo y se va a
comprar merca. Porque toma merca, el Correcaminos. Es cocainómano, como Speedy
Gonzalez. Speedy Gonzalez es de un cartel mexicano.
Otro que no generó gran empatía. Ese ratón no salió con mucho ángel. Claro, al lado de Mickey, imaginate… Ningún roedor descolló; era difícil competir con Mickey. Ni Bernardo ni Bianca, ni Pérez, y mucho menos Speedy Gonzalez con su impronta re sacada, de bebida energizante.
Otro que no generó gran empatía. Ese ratón no salió con mucho ángel. Claro, al lado de Mickey, imaginate… Ningún roedor descolló; era difícil competir con Mickey. Ni Bernardo ni Bianca, ni Pérez, y mucho menos Speedy Gonzalez con su impronta re sacada, de bebida energizante.
Pero Jerry, sí, llegó a tener lo
suyo. Y todavía funciona.
Con Tom aún hay química actoral, pero ojo: no cuando hacen de amigos.
Es como cuando en lo de Tinelli
nadie se pelea. La pelea garpa. La guerra de las vedettes en Mardel Plata y
Carlos Paz, por ejemplo. Fijate que llega el verano y empiezan a armar
quilombo. Siempre funciona mas donde hay pelea de gato y ratón.
O en el caso de algunas mediáticas,
de gato y gato.