lunes, 4 de junio de 2012

Eso sí es displicencia.


El bichito es pequeño, sí. 
Pero observen su rostro: acaso por su pequeñez deja de ser displicente, algo apático, desapegado, con cierta dosis de soberbia? 
No notan en él un dejo de arrogancia, de sereno desinterés, indolencia y despreocupación ante las crisis en algunos países de Europa o el Tercer Mundo?
No creen acaso que su expresión denota apatía, relax y hasta dejadez?
Esa cara nos dice: "me importa muy poco lo que sucede con vosotros". 


Merece acaso un castigo? 
No.
De ningún modo. Solo nos enseña que nada importa demasiado.


Lo que sí me pone nervioso es la uña del señor.
A esa sí la cortaría de buena gana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario