Yo sí. El dedicarme a escribir e incluso a actuar, me avalan en eso. Digo, por si alguno me acusa de chusma.
Es clara y obvia esta máxima. Hasta creí que ya la había escrito.
Recién leo en La Contravida, de Philip Roth, que un personaje dice: "La humanidad se divide en dos grupos: los que leen la correspondencia de los demás y los que no la leen, y tú y yo, María, pertenecemos al grupo malo. Somos los que abren los botiquines de los amigos, para ver qué medicinas les receta el médico."
Otra vez el arte palmea nuestra espalda.
Yo también reviso botiquines. Y otras veces abro mi botiquín y le cuento a todo el mundo lo que vi como si fueran los remedios de otro. Un abrazo, Pablo. También me parece que tenemos la misma campera.
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