jueves, 16 de junio de 2011

Cómo construir un amor



Primero que nada, pasarse una buena temporada solo. Cuanto más larga mejor.

Hacerlo a conciencia, hasta cansarse. Hasta decirse en el espejo: “uh, otra vez vos”… “cuándo vas a traer a alguien más?”


De a poco empezar a buscar. De a poco, dije. Bajate de ahí.

Sin desesperar; sin caer en la tontería de gustar de alguien demasiado imposible. Descartemos Hollywood. Están en otra cosa. Descartemos lejanías físicas, obviemos gente casada. O demasiado conocida. A alguien nuevo le prende más el revoque.

Porque de eso se trata. Va a haber que enduir y corregir imperfecciones, y/o taparlas a nuestra vista cuando aparezca ese alguien en quien construir un amor.

Hay quienes construyen sobre agua y pretenden permanecer a flote. Se quedan pataleando o sacan el líquido con tarritos para no hundirse.

Y la idea es plantarse sobre bases sólidas para no caerse. Al menos enseguida.


De arranque es conveniente buscarse a alguien parecido a uno. Hasta físicamente, si se quiere. Esa persona quien nos gustaría ser si fuéramos del otro sexo. Ese en quien nos proyectamos. Castaño como nosotros, chino como nosotros, gordo como nosotros. Las mejores parejas siempre tienen algo en común, hasta físicamente. Desde sutilezas hasta el extremo de parecer hermanos. O en menor medida su contrario: el alto y la petisa. El viejo y la pendeja. Nunca un término medio. O nos buscamos una IGUAL a mamá, o una completamente opuesta; (lo que de algún modo es lo mismo).

Pigmalión creó su obra inspirado en la perfección y cayó en sus brazos como ante algo vivo, nuevo y ajeno. Pero lo había hecho él mismo. Como por arte de magia (o de Afrodita) pudo esposarse con su obra, convertida en humana.

Así construimos lo que queremos antes de que nos sea dado.

Buscamos un pattern.

No le creo a “yo no buscaba a nadie y te vi”.

Seguro que antes había buscado, desencantado; se había arrastrado por amores fallidos; había recorrido las noches buscando en vano migajas de cariño o ventanas de apego en casas equivocadas. La vio, sí, pero ella también lo vio. Alcoyana-alcoyana. No es sencillo coincidir en un mundo tan heterogéneo. No llega a ser una aguja en un pajar, pero sí en un costurero bastante grande.

Pero no hay que llegar allí idealizando. Ya estamos grandes. Si la idea es superarse, hay que corregir, crecer, saber que el enamoramiento, si bien es casi indispensable al principio, no se sostiene por años. El metejón es corto. Mucho, mucho después se comienza a amar. Ahí se ve si nuestra construcción resiste, o si su ingeniero se recibió con Blumberg.

Con los materiales ya en frío, ahí es cuando se ven los pingos.






Amar también incluye seguir eligiéndose, más allá de lo sexual. Amar es querer permanecer juntos aún cuando no se sienten más las ganas de chuparle nada al otro.

Tal vez eso sea más amar; algo más loable que lo meramente sexual. Amar a Lola Ponce a los 27, qué vivo. Eso no es amar a Lola Ponce. Esperame que te la traigo a los 82, a ver qué capacidad amatoria ostentás.

Varón y mujer buscan supervivencia, se supone. Animalmente hablando, él busca la hembra alfa con buenas tetas y caderas para reproducción, y ella busca un macho dominante con buena espalda para cazar (o buenas armas o mejor aún, una abultada cuenta offshore). O un combinado de ambas: ella quiere al deportista millonario. Amar a Martín Palermo, a Forlán. Qué fácil... Traele a la Oveja Telch.

Yo creo que amar-amar es trascender todo eso. Amar, es en las buenas y en las malas.

O al menos debería serlo. Esa gente que puede ser rica y luego pobre y luego de nuevo rica y el amor a su pareja sigue igual. Parejo, justamente.

Debe haber muy pocos casos en que se da eso.

Porque las habrá de amor perenne. Que soportan embates económicos o bajas dentales. Pero hay parejas que ya no se quieren y por ahí tienen sexo. Otras que se quieren y no tienen. O hay que ni se quieren ni tienen sexo, pero siguen juntos "por los hijos".

O las que siguen juntos mientras buscan afuera. La globalización también modificó relaciones: como quien trabaja en una pero se la pasa curioseandeo con qué otras compañías pueden quererlo entre sus filas; esas parejas parecen tener contratos temporarios renovables.


“Ten tus ojos bien abiertos antes del matrimonio; y medio cerrados después de él”, decía Franklin, y andá a discutirlo.

Ojos bien abiertos cuando te lances a buscar. Ojos entrecerrados cuando pasen muchos, muchísimos años de amor.

Ojos bien abiertos antes de la relación.

Ojos entrecerrados si sos oriental.



En la construcción del amor, ambos deben encontrarse buscando algo similar.

Y brego por anular imposturas, en el período de seducción. Una cosa es subrayar afinidades, otra es ocultar/se diferencias que a la larga saltarán al cuello de la concordancia.


Buscar sin desesperarse, atento a las señales. Las positivas y las negativas.

No poner demasiado revoque, y mucho menos al principio.

Después, no nos va a quedar otra que andar maquillando aquí y allá.

No debe ser fácil vivir a cara lavada hasta el final.

El amor es una construcción, sí. Que a veces se viene abajo.


Algunos construyen enseguida sobre las ruinas. Otros las dejan años, como museos de viejos amores al aire libre, con visitas guiadas (por ellos mismos).


A veces los nuevos visitantes descubren una florcita en el cemento.

11 comentarios:

  1. Que lindas las entradas de tu blog! De verdad sos Pablo Novak?! Soy una gran fan tuya, reconozco que no te conocia hasta antes de descubrirte en "Sueña COnmigo" pero solo queria decirte que te admiro y que sos un gran artista!

    Un saludo de una paisana desde España!
    María

    ResponderEliminar
  2. Construir un amor...
    Qué es construir? Cuánto hoy se construye y sobre qué bases?
    Hoy leía El Principito y la famosa frase "No se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos" y me preguntaba: cuánta gente se deja ver más allá de lo superficial? cuánto tiempo te restan para descubrir la esencia, lo desnudo, "la cara lavada", la intimidad más intimidable? Pero lo más curioso: cuánta gente nos da lugar a ser quienes somos cuando sólo nos proponemos mostrarnos a lo bruto? Cuántos escuchan hasta el final de un relato para constituir una opinión sincera? Cuántos se ocupan de llegar hasta el fondo de una cuestión si tocar fondo o caer en lo profundo?
    Abrí mi corazón con tanta inocencia ininterrumpida y sólo aprendí mil maneras de cerrarlo. Y sólo aprendí la forma de filtrar tanto fluir inconciente para mirar con certeza adonde regalar mis calmadas caricias.
    Como El Principito, me gustaría volver a lo puro, a lo infantil perdido, a mi planeta, porque de este me siento ajena.
    Quisiera cerrar los ojos sin temor a una presencia, para sentir el roce y el calor de una mano sincera apoyada en mi rostro. Quisiera apoyar mi cabeza en un hombro familiarmente querible, sin pensar más que en el tiempo que pasa volando junto a esa compañía que nos hace volar. Quisiera recuperar mi credulidad e ignorancia para ser ilimitada en mi sentir. Sentir sin culpas ni prejuicios; sin temor y desgana anticipada.
    Sentir com ese amor adolescente que esperamos en el tiempo por tan sólo una palabra y en esa espera desbordante de ilusiones infrenables, perderme en el universo de mis sueños. De los sueños que sólo yo soy capáz de construir o lo fui, alguna vez.
    Si pienso en construir, rememoro un castillo de arena en la plaza de mi barrio o una torre con los ladrillos de mis hermanos... Acaso me enseñaron a construir?
    Hoy construyo la manera de construirme con cada derrota, para edificar sobre mi base sólida y esperar encontrarme con un edificio vecino que lejos de ocupar mi lugar quiera llenarlo. No porque esté vacío, sino porque está sediento de caricias sin concientes intereses.
    Y espera... porque la esperanza de un verdadero y posible amor. es lo último que pierde, como su razón de existir...
    Entonces, descubro que he aprendido a construir el camino hacia la paciencia de esperar que como todo llega, llegue ese amor, sobre el cuál construir un verdadero amor; paso a paso...

    ResponderEliminar
  3. "Amar a Lola Ponce a los 27, qué vivo. Eso no es amar a Lola Ponce. Esperame que te la traigo a los 82, a ver qué capacidad amatoria ostentás" standing ovation para esa frase. Por eso a mi todavia el costurero bastante grande me sigue pareciendo un enorme pajar...
    Carla

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. standing ovation para el comment ¨standing ovation¨!

      Eliminar
  4. PABLO! QUÈ BUEN BLOG! NO SABIA QUE ESCRIBIAS! TE VI EN "UNA QUE SEPAN TODOS" Y ME ENCANTÒ...SOY AMIGA DE UNA AMIGA DE MAJO. TE SIGO LEYENDO...UN BESO

    ResponderEliminar
  5. me encantó todo bien ahora te cuento , yo hace 14 años que estoy sola , ya probé bastante eso de estar sola no ? te digo que me parece que no se como la voy a remontar ,ese es mi dilema , que consejo me darias ? te paso un link La costruzione di un amore http://www.youtube.com/watch?v=HItdDjtgdEQ ivano fossati

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Demare! Bueno, si llevás 14 años, el consejo lo tenés que dar vos!...
      Yo creo que las mujeres se bancan mucho más la soledad que los hombres. Es uno de los temas centrales de mi obra "Por qué gritan las mujeres": la mujer de ninguna manera es el sexo débil.
      El 97 % de las separaciones las deciden ellas. Hacé tu propia encuesta y vas a ver. El costo político de quedar solas suelen asumirlo con mayor entereza que ellos.
      Habría que estudiar tu caso, no lo conozco; pero tal vez si mirás para atrás un poco, debés haber dejado alguna víctima. Llamalo.

      Eliminar
  6. Pablo, te felicito por cómo escribís, y esta publicación titulada " Cómo construir un amor " es simplemente hermosísima.

    ResponderEliminar
  7. "como museos de viejos amores al aire libre, con visitas guidas (por ellos mismos)" es lejos lo más lindo que te lei.

    ResponderEliminar
  8. Gracias Pablo, muy lindo todo lo que decis.

    ResponderEliminar